El sábado 6 de mayo marcharé con Legaliza Perú y las madres agrupadas en Mamá Cultiva y Buscando Esperanza, desde la plaza Washington a la Plaza Francia. La marcha será por la liberación de las plantas medicinales condenadas por un absurdo consenso de una condena estrictamente psiquiátrica, no médica, de plantas medicinales del sistema nervioso, cuyos beneficios siempre respaldó la medicina. Frente a los avatares de la vida, tales plantas, en culturas tradicionales, siempre han ayudado a la humanidad. Sólo los grandes intereses farmacéuticos aprovecharon a esa falsa ciencia de la “mente”, ignorando la dimensión del espíritu que tales plantas alimentan.
La defensa de la marihuana se inició, tanto en Buenos Aires como en Santiago, por marchas solidarias que llamaron la atención sobre la demanda ciudadana de libertad. Igual sucedió en Colombia. La MMM de años anteriores, se limitó a ser un pedido de gente joven que no siéndolo respaldé. Puesto que somos miles quienes somos aficionados al cáñamo, en todas las clases sociales, sin distinción de género, es hora de poner de lado la hipocresía limeña y dar cara en su defensa. En esta oportunidad, debiera convertirse por ello, en una marcha solidaria a la cual invito personalmente a concurrir. En defensa de la libertad personal, bien vale la movilización propuesta.
En el mundillo político, a duras penas se retuerce la realidad de la ley para dar respuesta al pedido de Mamá Cultiva y Buscando Esperanza, sin ir al origen del problema. Repensar el llamado “problema de “las drogas” en términos de salud pública y evidencias médicas, descartando el lenguaje infamante de los inquisidores, permitiría la debida información pública. Los medios de comunicación debieran propiciar al menos el debate abierto sobre el tema.
¡Cáñamo y verde coca para liberar nuestro espíritu!